A.L.C.E. ha debido luchar contra muchos frentes y atender muchas necesidades. Tal vez, haya diversificado su tiempo, sus medios y sus trabajos. Pero abrió una brecha que lleva 55 años en continua y permanente evolución.
Durante este período A.L.C.E. ha recibido más de 14.000 consultas de los epilépticos de todo el país; las de carácter médico del interior han sido derivadas a los servicios correspondientes.
A través de estas consultas, A.L.C.E. fue adquiriendo conocimiento y conciencia de los tremendos problemas sociales que angustian al paciente epiléptico y a su familia.
Podríamos clasificar las consultas recibidas en los siguientes errores y prejuicios en la EPILEPSIA:
La causa fundamental es: LA FALTA DE INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN SOBRE LOS CONCEPTOS GENERALES DE LA EPILEPSIA; de lo que deriva:
1º) la no aceptación de la enfermedad;
2º) la falta de perseverancia en la terapia instituida;
3º) la falta de confianza en el médico;
4º) la actitud negativa frente a la medicación;
5º) la ansiedad de los padres frente a la posibilidad de una próxima crisis;
6º) la prohibición de comenzar o continuar con los estudios;
7º) la prohibición de hacer deportes y/o ejercicios físicos;
8º) la presunción de que el epiléptico es un débil mental;
9º) el temor de contraer enlace o de tener descendencia;
10º) el temor de cumplir el tratamiento durante el embarazo;
11º) el rechazo en la escuela y en el trabajo;
12º) el sentimiento de culpa de los padres hacia los hijos enfermos.
Como así también:
- el costo de los medicamentos y exámenes complementarios (alto costo que día a día va en aumento y que es inalcanzable para pacientes de escasos recursos);
- la falta de alimentación adecuada;
- la falta de atención adecuada a la embarazada;
- la falta de centros materno-infantiles con atención obstétrica;
- la omisión de información y explicación a padres y enfermos por parte del médico tratante.
CONCLUSIONES
A.L.C.E. entiende que una campaña de divulgación masiva en todo el país; utilizando todos los medios orales, televisivos y escritos, destruiría tabúes y esclarecería conceptos.
Para que dicha campaña sea efectiva debe tener un apoyo económico considerable.
Llegar a esta posición ideal, implica llegar a toda la población; poner a su alcance las nociones que aclaran conceptos, destruyen prejuicios y conducen a una posición objetiva respecto de la epilepsia y de quienes la padecen.